EL BÉBELOTODO (Fauna social)

Esto es agua, que no vino.
Saliente de guardia y apenas dos horas de dormida  y toda la mañana de puñetero papeleo y ahora voy y me quejo y entonces me pregunto, si a lo mejor  no me quejo de vicio. Bueno yo que sé, me quejo y ya está, es que a veces si no me corto un poco, me vuelvo pesado y espeso y como se dice en mi tierra: " vete a llorar a Cangas". Ahora ya son guardias  de verano y en las noches siempre se curra a destajo. Pero peor que no dormir o casi, es el montón de papeleos de la mañana, esos si que me desquician. Por cierto me encontré a un celador del hospital que había salido de guardia por la mañana, igual que yo, un tío al que había visto muchas veces por el hospital y por el pueblo (vive en Es Castell, como yo) y nunca habíamos pasado del hola y del adiós, y hoy se me ocurrió que era hora de romper el hielo y el caso que lo hice y no sé el porqué.

                        Su apariencia puede ser de todo menos atractiva, viste al estilo hipy de aquí o sea con indumentaria hipy pero con pantalones cortos y abarcas. El pelo lo lleva largo, más bien el poco pelo, pues tiene unas grandes entradas en ambas sienes y el resto no es pelo espeso, sino tirando a poco y acabado en cola desaliñada, aparte de ser pelo desgastado y descuidado y adornado de abundantes canas ( no critico su aspecto, sólo lo describo).  Además que no tenía muchas ganas de hablar con él, pues lo veo a veces por el pueblo bastante pimplado y el tío cuando priva, debe ser de los que se transforman y de repente dejan de saludar. En navidades y en un día en que ambos estábamos de guardia y a la hora de cenar, estaba el tío en la cafetería y tenía una melopea que pa que, no atinaba donde estaba la barra de la cafetería, quería apoyar el codo y se caía o sea un numerito de fonambulista.

                        Pues hoy, me dió por saber de él y le pregunté que tal llevaba la mañana después de no haber dormido. Y maldita sea la hora en que me dió por preguntar, pues el tio me soltó un rollo patatero, que ya ni quiero reproducir. Pero a lo que iba y en resumen, me decía que aguantaba la mañana sin dormir y después a partir del mediodía se tomaba unas cervecitas de esas que te dan la bajada, para acabar durmiendo una siestecita conciliadora de dos horas. Después se levantaba y empezaba de nuevo la retahíla de las cervecitas para la bajada. y yo pensando: ¡error!, éste no empieza al mediodía a beber, empieza nada más salir del curre y de buena mañana y ya continua el resto del día dándole al trinqui y después de comer, si come, se deja caer de la mamada que lleva, y vuelve a comenzar el mismo ciclo sobre las 6. Y aquí ya no aguanté más y le pregunté: que si despertaba por la noche, no le daba de nuevo a su botellita mágica, esa que le hacía dormir. Y sin más le dije adiós y me fuí.

                      ¿Porqué hice eso?, pues no lo sé, quizá porque me conozco el rollo de las ventajas terapeúticas del beber alcohol y también porque estoy harto de que las cosas no se digan por su nombre, y si se bebe, se bebe, ¿y que pasa?. Así dicho me gusta mucho más o sea lo respeto, pero no lo comparto. Yo conozco muy de cerca, quizá demasiado de cerca, a las mentiras del bebedor. Pocas veces se dice que se bebe porque yo quiero y nada más, y en cambio se adorna y se disfraza la necesidad de beber, unos porque no duermen sin tomar el biberón, otros porque tienen mogollón de problemas, como si los demás no los tuviéramos, y otros por tener que celebrar algo, sea lo que sea y sino se lo inventan. Al final se bebe por todo, por estar en fiestas, por ser días previos a las fiestas, por ser después de las fiestas y el mismo cuento, se puede aplicar a los fines de semana o lo que es lomismo, bebo porque estoy deprimido, bebo porque me murió un primo lejano, bebo porque me salió un grano en el culo, bebo por...

                      Yo tengo una teoría sobre esto, el que bebe a cualquier hora del día y bebe sin tener que dar explicaciones, éste señor o señora no es bebedor crónico. Pero el que dá explicaciones, de que él nunca bebe a esas horas o tomo estas copas para poder conciliar el sueño o estoy bebiendo para olvidar mis penas u otras explicaciones parecidas, éste señor es bebedor crónico. Fijaros a partir de ahora y vereis que tengo razón. Aparte que hay rasgos físicos que indican quién es bebedor crónico, y también hay otros rasgos psíquicos o como dicen los listillos, rasgos de personalidad, que determinan al bebedor crónico, pero éste tema es para otro día, que por hoy ya llegó.

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JULIO CORTÁZAR