EL INFIERNO (Poema)

Bajemos todos hasta el infierno,
y abramos sus puertas de par en par,
y dejemos que el infierno se ventile,
 que entre el aire frío de la nieve,
y que llueva agua de manantiales.

Bajemos al infierno,
hagamos túneles de barrena,
excavemos con las manos,
y morderemos las rocas,
como hacen los tiburones,
y asi descenderemos entre la lava de los volcanes,
y entre los entresijos de los pensamientos,
y al final tocaremos por fin, la puerta de la caldera.

El infierno está ahí y yo estoy aquí,
y la distancia que nos separa,
es mucha, pero no tanta,
pues entre el demonio y yo,
hay lazos de sangre,
hay juramentos secretos,
hay pactos sociales,
y hay las mismas motivaciones,
por lo tanto, el diablo es muy cercano,
y yo noto su latido y su aliento,
y lo siento cada día como más cercano,
tan cercano y próximo que a veces,
percibo que está dentro de mi alma,
o yo dentro de su cuerpo,
y acaso, ¿no seremos el demonio y yo,
dos cabezas de la misma persona?,
puede, puede que lo seamos,
y me dá igual y no me importa,
con tal de que el demonio,
 me deje seguir disfrutando.

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JULIO CORTÁZAR