INGLESES DE MENORCA (Pensamiento dominguero)

Último domingo del mes de julio y hoy si que dormí a pierna suelta. Ayer no puse despertador, pues estaba derrotado y me dije como el anuncio, yo me lo merezco y acabo de despertar a las 10 de la mañana, ¡qué lujo!. El sueño me debe muchas horas o yo se las debo a él, porque en realidad yo no lo trato muy bien, más bien lo maltrato. Hay noches de curre que duermo en tres pedazos, ahora una hora, después hora y media y al final cinco minutos y lo más curioso de todo, es que el sueño me obedece y soy capaz de sobarme en cada intento. Aunque al día siguiente yo no soy persona, soy un zombie que aguanta de pie ese día, para no descontrolar más el horario del sueño. Así que es un día nulo y en el que no me entero de casi nada, pero que todo sea por la patria, al sueño hay que cuidarlo y mimarlo y él tiene su horario hecho y eso por encima de todo hay que respetarlo.

                                  Aquí estoy escribiendo en la sala de mi casa prestada, pues tuve que irme de la mía, elemental si tenía que alquilarla. Y en ésta sala escucho de fondo la música muermo de la iglesia Anglicana, pues esta casa tiene enfrente una pequeña y coqueta iglesia anglicana. En este pueblo hay muchos ingleses, si el pueblo tiene 7.000 habitantes, pues 800 son ingleses. Hay pub, tiendas e inmobiliarias inglesas, ellos tienen su submundo dentro de la Isla, su sector servicios que cubre casi todas sus necesidades: mecánicos, jardineros, fontaneros, carpinteros y hasta abogados. Médicos no, pues la sanidad pública española tiene su prestigio internacional y ellos, que no son tontos, saben que hay que aprovecharla. Es una colonia que vive en su mayoría de espaldas al resto de sus habitantes y es verdad que el tópico funciona, privan hasta a sus muertos si tienen forma de botella. No todos pero casi, están embalsamados en alcohol y lo único que les une con el resto de los habitantes de la Isla, es cuando necesitan atención médica.

                     Bueno, me voy a desayunar y a ducharme y después haré un rato de meditación, pues los Domingos son días de reflexión y respeto, vamos de terapia introspetiva y de hacer balance de la semana. O sea de hacer análisis de conciencia y de vaciarte de las maldades. Los ateos o agnósticos o como se nos llame, también tenemos nuestros momentos de análisis y de autocontemplación transcendental y yo en concreto hago mis abluciones los Domingos por la mañana y por tanto ahora mismo me voy al water, a rezar a mi santuario personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR