Siento frío por no verte,y más por no tenerte,
las venas son horchata congelada,
y mi cuerpo es un témpano de hielo,
y mi alma, ay!! mi alma,
es lo único que me queda vivo,
es un hierro candente,
y es la caldera que me mantiene vivo.
Pena, pena, pena,
pena de que el fuego se apague,
y de que todo se haga ceniza,
pena de todo,
pena de noche, pena de día,
pena de penitente arrepentido,
pena que pena entre almas gemelas,
y esa pena la tengo clavada en el centro de mi espalda,
y yo sé que tengo que penar con ella,
y quiera o no quiera,
ella es mi pena,
y es mi pena, y es mi pena maldita.
¿Me arrepiento de algo?, puede,
sino fuera así, no sufriría,
seguiría volando de punto a punto
y de continente en continente,
y sin miedo y sin alas,
libre como el primer día de mi vida,
y salvaje y voraz de sentimientos,
sería un devorador de palabras bonitas,
y un arquitecto de agujeros negros,
ni las bombas más dañinas,
ni la metralla de las granadas,
harían daño más allá de mi superficie,
por dentro seguiría igual de incandescente,
y me convertiría en el amo,
en el puto amo del reino,
del reino
que se llama, ¡SENTIMIENTO!.
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