LA VUELTA

Bueno ya estoy aquí  de nuevo, ya he vuelto a Alcatraz a cumplir unos meses más de condena. He cogido 4 días de vacaciones, si se le puede llamar vacaciones a 4 días de mierda, pero eso sí, fueron intensos y plenos de sensaciones. En realidad fueron solo 3 días completos, y venga comidas y más comidas y pulpo y langostinos y esas croquetas caseras y el asado ibérico y la carrillada y el atún de Barbate y dale y dale a la comida y por poco al final reviento. Y entre comidas aún me dio tiempo de ir a las playas gaditanas y oler las algas atlánticas.

Pero bueno, lo de la luz de Cádiz, como que no, pues Dios tendió su mano más negra sobre Cádiz y todo se oscureció. Todos los días nublados y lloviendo y lloviendo a mares y claro y para joder más, hoy cuando me venía, salió el sol. La verdad es que vengo lleno y repleto de sensaciones y algunas viejas y otras nuevas, vengo como los Reyes Magos de Oriente, cargadito de regalitos. Claro que el recibimiento en mi casa de Menorca, no pudo ser mejor, pues me recibieron dos perros inquilinos.

Uno y otro perro son de mis hijos y eso que yo no quería perro, pero como soy un calzonazos de mierda, pues nada, que por eso mismo ahora tengo dos. No querías caldo, pues toma dos tazas. Uno de ellos dice mi hijo que es un perro Down y que es como él (Down), pues tiene ojos un tanto rasgados, aunque yo se los veo salidos de sitio y que además está sordo, como también lo está mi hijo. E insiste el tío (mi hijo) en que porque no le ponemos aparatos auditivos al perro como se los pusimos a él. O sea que mi hijo es Down y su perro también. Ha descubierto una nueva raza de perros llamada Down.

 Si es que no hay perro que no acabe pareciéndose a su amo o eso dice la sabiduría popular. De todas formas yo tengo un doble o triple problema, no quiero perros y me encuentro a dos en mi casa, y además odio al cuadrado y al cubo, al llamado perro Down. Y por mi hijo tengo que tragar, y es que si por mi fuera, le daría una patada que le saldrían los ojos de las cuencas. Pero contención y a respirar hondo y a escuchar tú mantra...mi querido amigo Bruno, pues en el fondo lo que eres, es que eres... un puto calzonazos de mierda.

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JULIO CORTÁZAR