Mi paciencia es infinita, pero no lo es tanto. Ya no puedo más con mi casa, harto se me queda corto, hasta los huevos, es más aproximado. Y es que coño, que yo no escarmiento, pues dejarse de guinda de la tarta esta trabajera tan ingrata, éste sudor continuo, éste cansancio perpetuo y éste gran mierda deprimente, pues que tiene huevos la cosa. Joder uno coge vacaciones para descansar y no para trabajar más y en lo que menos que me gusta. Yo estoy para bañarme en aguas transparentes y después ponerme a la sombra de un pino o de muchos pinos y sin tomar el sol, sólo viendo pasar el tiempo a la fresquita sombra.
Y es que a cada cosa que hago me aparecen 50 nuevas y suma y sigue y mejor dicho, multiplica. Claro que siempre viene el pensamiento de que tuve todo el Invierno para hacer ésta faena y entonces me entran ganas de suicidarme o de matarme directamente y dejarme de pamplinas. Mira que tuve tiempo, pero ese tiempo lo ocupe escribiendo y si hubiera escrito un poco menos y una hora al día ya hubiera bastado, vamos lo que siempre se dice cuando estás jodido. Que no me entero que me estoy haciendo viejo y que mis pilas no son eternas. Ya no puedo meterme faenas a lo bestia y faenas y como siempre de última hora.
La verdad es que no sé si desesperarme del todo y mandar todo a la mierda o...o no sé, tendré que seguir torturándome. Bueno ya metidos y como última vez en mi existencia, tendré que proseguir lo empezado. Pero que conste en acta, que estoy hasta los cojones. Y además digo otra cosa, no pienso alquilar nunca más mi casa y por dos razones, porque estoy hasta los cojones y porque mi casa es mi casa y puedo prestarla o dejarla, pero nunca más la dejo en manos extrañas. ¡He dicho!.
Si ya lo decía mi madre, "hijo planifica las cosas". Y yo las planifico, sólo que después no las hago. De la teoría a la práctica hay un paso demasiado grande. Soy un puto desastre y mi deber, es reconocerlo y en consecuencia debía castigarme por ello, pero creo que ya es suficiente castigo el tener que apencar a todas horas con éstas labores domésticas.
Y es que a cada cosa que hago me aparecen 50 nuevas y suma y sigue y mejor dicho, multiplica. Claro que siempre viene el pensamiento de que tuve todo el Invierno para hacer ésta faena y entonces me entran ganas de suicidarme o de matarme directamente y dejarme de pamplinas. Mira que tuve tiempo, pero ese tiempo lo ocupe escribiendo y si hubiera escrito un poco menos y una hora al día ya hubiera bastado, vamos lo que siempre se dice cuando estás jodido. Que no me entero que me estoy haciendo viejo y que mis pilas no son eternas. Ya no puedo meterme faenas a lo bestia y faenas y como siempre de última hora.La verdad es que no sé si desesperarme del todo y mandar todo a la mierda o...o no sé, tendré que seguir torturándome. Bueno ya metidos y como última vez en mi existencia, tendré que proseguir lo empezado. Pero que conste en acta, que estoy hasta los cojones. Y además digo otra cosa, no pienso alquilar nunca más mi casa y por dos razones, porque estoy hasta los cojones y porque mi casa es mi casa y puedo prestarla o dejarla, pero nunca más la dejo en manos extrañas. ¡He dicho!.
Si ya lo decía mi madre, "hijo planifica las cosas". Y yo las planifico, sólo que después no las hago. De la teoría a la práctica hay un paso demasiado grande. Soy un puto desastre y mi deber, es reconocerlo y en consecuencia debía castigarme por ello, pero creo que ya es suficiente castigo el tener que apencar a todas horas con éstas labores domésticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario