La teoría de la falsa memoria. Venía en el coche pensando en algo que tenía que escribir y además me dije: tío no te olvides que eres un puto desmemoriado de mierda, por favor grábalo en tu puto cerebro maloliento y claro ahora estoy delante del teclado y estoy en blanco. La falsa esperanza de recuperar la memoria, esa utópica idea, ese cáncer que carcome mi memoria y que además no tiene remedio. Ni comiendo hígado crudo aumento mi poder memorístico y eso que le hago nudos y nudos a San Cucufato, para me de la memoria por lo menos un rato.
Había que inventar de una puta vez un lector de la mente y que además grabara, así cada pensamiento sería leído de inmediato y grabado en un pendrive o como carallo se diga. Llegas a casa y enchufas el aparato y te salen todos tus pensamientos en plan salchichas, listas para ser servidas. Si contáramos todos los pensamientos que se quedan por ahí perdidos por las cunetas de la vida, serían millones, ¡todo un desperdicio!.
Y ya no os cuento lo que pasa con las claves estelares, las contraseñas de mierda y el nombre de usuario, menudos puzzles hago yo con ellos. Hago todo muy bien, menos acertar con uno. Y juro por mis muertos que intento hacer virguerias y hago notas con ellos y las dejo en sitios que por cojones tengo que verlos. Craso error el mío, porque de nuevo me baso en mi asquerosas memoria y esos sitios o se cambian de sitio u otra vez me he olvidado. ¡Son cosas que pasan!
Había que inventar de una puta vez un lector de la mente y que además grabara, así cada pensamiento sería leído de inmediato y grabado en un pendrive o como carallo se diga. Llegas a casa y enchufas el aparato y te salen todos tus pensamientos en plan salchichas, listas para ser servidas. Si contáramos todos los pensamientos que se quedan por ahí perdidos por las cunetas de la vida, serían millones, ¡todo un desperdicio!.
Y ya no os cuento lo que pasa con las claves estelares, las contraseñas de mierda y el nombre de usuario, menudos puzzles hago yo con ellos. Hago todo muy bien, menos acertar con uno. Y juro por mis muertos que intento hacer virguerias y hago notas con ellos y las dejo en sitios que por cojones tengo que verlos. Craso error el mío, porque de nuevo me baso en mi asquerosas memoria y esos sitios o se cambian de sitio u otra vez me he olvidado. ¡Son cosas que pasan!

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