Al final no dejo de ver un dibujo enmarcado en forma de cuadro que tengo delante de mis putas narices y que me regaló un amigo y supongo que sería porque descubrió que soy un escatológico de mierda. El dibujo representa a un tío en un museo y se ven o se intuyen varias obras de arte a su alrededor, pero el tío se queda con una mierda que está dentro de una vitrina. Y esa es la gracia, que dentro de una serie de obras de arte se queda con la mierda. Gracia relativa, gracia que lo intenta, gracia casi no tiene nada, pero el tío con su regalo de gracia hizo lo que pudo.
Para mi, la gracia en éste asunto, estaría en que si se comiera la mierda a bocados y acompañada de unas moscas malolientas que salieran del puto pastel y dando felices aleteos, puede que me hiciera la gracia payasa. Pero la verdad, no creo. La mismísima verdad, es que no le encuentro la gracia, salvo en el primer segundo, después la posible gracia se queda en el aire o sea se queda en la nada. ¡Manda cojones!, estoy hablando de la gracia que tiene la mierda y voy yo y me sorprendo porque ese amigo no me conoce realmente, me conoce en pinceladas.
Aunque es verdad que en pinceladas se reconoce a la gente o a las personas individualmente y no se necesita que te des baño en piscinas llenas de mierda y hasta la bandera, para que los demás te identifiquen como a un escatológico, llega con el olor que destilas y el desodorante que usas, por lo menos a mi me llega con eso. Si alguien me huele a sobaco, sé que se ducha pocas veces a la semana y que además le gusta su olor a sudor disecado y superpuesto en capas de cebolla. Y si huele bien y como toca, estoy dispuesto hasta darle un beso en el culo y darle unas cuantas palmaditas en su almorrana. Lo dicho, que soy un puto escatológico de mierda y eso me gusta.
Para mi, la gracia en éste asunto, estaría en que si se comiera la mierda a bocados y acompañada de unas moscas malolientas que salieran del puto pastel y dando felices aleteos, puede que me hiciera la gracia payasa. Pero la verdad, no creo. La mismísima verdad, es que no le encuentro la gracia, salvo en el primer segundo, después la posible gracia se queda en el aire o sea se queda en la nada. ¡Manda cojones!, estoy hablando de la gracia que tiene la mierda y voy yo y me sorprendo porque ese amigo no me conoce realmente, me conoce en pinceladas.
Aunque es verdad que en pinceladas se reconoce a la gente o a las personas individualmente y no se necesita que te des baño en piscinas llenas de mierda y hasta la bandera, para que los demás te identifiquen como a un escatológico, llega con el olor que destilas y el desodorante que usas, por lo menos a mi me llega con eso. Si alguien me huele a sobaco, sé que se ducha pocas veces a la semana y que además le gusta su olor a sudor disecado y superpuesto en capas de cebolla. Y si huele bien y como toca, estoy dispuesto hasta darle un beso en el culo y darle unas cuantas palmaditas en su almorrana. Lo dicho, que soy un puto escatológico de mierda y eso me gusta.
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