POR HAMBRE...

Casi es la hora del papeo, la misma hora de todos los días, la hora en que las tripas crujen y hacen cantos sonoros. Ahora mismo me comería un burro o una vaca enterita y por supuesto, no invitaría a nadie a mi mesa. Ante el hambre no hay solidaridades humanas, hay hambre y primero estoy yo y después estás tú. Por hambre se roba y se mata y por hambre te puedes a poner a quemar casas palaciegas. Con hambre no se puede negociar nada, de hecho pasa que todas las negociaciones importantes se hacen después del desayuno o la comida, nunca se hacen antes y el motivo es evidente, pues con hambre no piensas en los demás.

Con hambre piensas en tí mismo y en como puedes solucionar el problema  de tu hambre. Tampoco es cuestión de ponerse gipato, llega con una ligera comida y algo de fruta, pues ya sabemos que el exceso de ingesta te produce somnolencia, además de una puta obesidad. Por tanto mantegamos la línea mientras negociamos lo que sea y sino está Especial K para darnos más por el culo. Comer ligero, correr como una gacela, entrenar los reflejos, muscularte los huesos, dormir de pie como en el palo de un gallinero y si hacemos todo esto, seremos los putos amos de la vida.

Vamos, que seremos especiales, pues jugaremos con ventaja, pues mientras los demás hacen sus digestiones de Boa, nosotros nos dedicamos a pensar y dar alternativas. Seremos como esos emprendedores de mierda que ahora tanto pululan, pues nuestra vida se llenará de tantas iniciativas que no caberemos en casa. Yo la verdad es que juntaría en un barco a los emprendedores, a los corredores, a los profesores y les pondría en rumbo hacia el infinito y más allá.