Último día de mi viaje y ¿qué se puede hacer el último día?, nada o casi nada, bueno sí despedirme de las cosas: de mi frondosa parra, de mis hermosas montañas, de mis árboles frutales, de los árboles del bosque, de ésta maravillosa casa o casona, de los guiris y de su idioma, de desayunar fuerte y contundente a las 8 de la mañana, de comer una suave ensalada a las 2 de la tarde, de cenar a lo pantogruélico y por lo que no he comido, de dormir en ésta cama que está pensada para 7 personas y poco más, que ya es bastante. Me joden las despedidas, siempre me jodieron, pero para suavizarlas siempre decía un ¡hasta luego!, aunque sabiendo que por allí no volvería. Jode decir ¡Adiós!, jode porque de repente te vuelves a encontrar a tu mundo de cara y es cuando te das cuenta de que sólo han pasado 6 días, que tu normalidad te espera y con más ansia que antes.
Pero hay que volver, mejor dicho hay que saber volver y aunque estés medio alucinado. Volver con la frente bien alta y seguro de ti mismo y aunque la procesión vaya por dentro. Y ¿qué tal?, ¿qué tal el viaje?...pues muy bien y si me lo preguntas dos putas veces, te saco todas las fotos que llevo en mi móvil y te meto la brasa. Y la verdad, es que éste viaje ha ido muy bien, tranquilo y reposado, pues era lo que quería y sobre todo, alucinante de paisajes y vistas y para que fuera del todo completo, encontré mis propios rincones, dos o tres sitios sin guiris, cubiertos por grandes árboles y de fondo, con el repetitivo sonido de las Cigarras.
Mi objetivo fue cumplido, que era disfrutar del viaje y de paso darme un repaso por dentro y llenar mis ojos de preciosos paisajes. Y claro que no llevo todo claro y planificado, porque ese no era mi objetivo, primero estaba soltar toda mi mierda y sin más historias y sin más prejuicios o sea, soltar sin control, como si estuviera en plena diarrea mental y segundo, sería clasificar mis historias y clasificarlas para más adelante intentar solucionarlas. Tampoco tengo una guerra mundial por dentro, tengo pequeñas escaramuzas y muchas guerrillas o sea, pequeños trozos de mi vida que no están resueltos...y aquí no vale el socorrido: ya tendré tiempo, porque no es verdad, pues ahora el tiempo no es mi aliado y en cambio, es un problema más...porque me falta tiempo, porque necesito el tiempo como el comer, porque lo amo y él lo sabe...y por eso siempre me dice: espera un poquito más...
Pero hay que volver, mejor dicho hay que saber volver y aunque estés medio alucinado. Volver con la frente bien alta y seguro de ti mismo y aunque la procesión vaya por dentro. Y ¿qué tal?, ¿qué tal el viaje?...pues muy bien y si me lo preguntas dos putas veces, te saco todas las fotos que llevo en mi móvil y te meto la brasa. Y la verdad, es que éste viaje ha ido muy bien, tranquilo y reposado, pues era lo que quería y sobre todo, alucinante de paisajes y vistas y para que fuera del todo completo, encontré mis propios rincones, dos o tres sitios sin guiris, cubiertos por grandes árboles y de fondo, con el repetitivo sonido de las Cigarras.
Mi objetivo fue cumplido, que era disfrutar del viaje y de paso darme un repaso por dentro y llenar mis ojos de preciosos paisajes. Y claro que no llevo todo claro y planificado, porque ese no era mi objetivo, primero estaba soltar toda mi mierda y sin más historias y sin más prejuicios o sea, soltar sin control, como si estuviera en plena diarrea mental y segundo, sería clasificar mis historias y clasificarlas para más adelante intentar solucionarlas. Tampoco tengo una guerra mundial por dentro, tengo pequeñas escaramuzas y muchas guerrillas o sea, pequeños trozos de mi vida que no están resueltos...y aquí no vale el socorrido: ya tendré tiempo, porque no es verdad, pues ahora el tiempo no es mi aliado y en cambio, es un problema más...porque me falta tiempo, porque necesito el tiempo como el comer, porque lo amo y él lo sabe...y por eso siempre me dice: espera un poquito más...
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