Si queréis pensamos en el más allá, porque el más aquí está bastante jodido y ya se sabe que cuando una cosa está jodida es mejor cambiar de tercio, claro que eso va en contra de lo que nos enseñaron y nos enseñaron que había que afrontar las cosas. Y de verdad, yo soy el primero que las afronto, que me como los cuernos con ello, que me las lucho, que me las como, que me las jodo, en fin, que mato y que salpico. Pero todo en ésta vida tiene su límite, hasta el Universo tiene fronteras y delimitidas por grandes precipicios o eso me supongo yo, que nos rodean los más oscuros abismos estelares, aunque tengo la duda de si serán oscuros o de una claridad aterradora, porque digo yo que al final, los contrarios se acaban juntado y que esa mezcla dará una luz especial.
Como decía el otro: "la imaginación al poder", pero en éste país y en ningún otro, se vota a la imaginación. Se votan programas, largos programas que nadie lee y hasta sus creadores al final se olvidan de su contenido. Se vota al aburrimiento, al más pesado, al más plasta, al más platónico...porque no nos engañemos... se vota mucho a lo físico, a su aspecto, a su melenita, a su corbatita, a su pose de triunfador y a como lo dice, si lo dice con seguridad apabullante pero siendo educado o si lo dice temblándole los labios. Buscamos hombres y mujeres robot.
Y ¿lo que dicen?, lo que dicen se queda para cuatro pringados que ponen cara de interesantes. El contenido no importa e importa el envase. De hecho a los políticos les enseñan gestos y movimientos de manos y a hacer pausas amorfas y hasta les enseñan a comer como es "debido" (como se decía en mis tiempos de antaño). Mi límite está rebasado, está sobrepasado y prefiero deslizarme por un agujero negro que aguantar un soporífero discurso político.
Como decía el otro: "la imaginación al poder", pero en éste país y en ningún otro, se vota a la imaginación. Se votan programas, largos programas que nadie lee y hasta sus creadores al final se olvidan de su contenido. Se vota al aburrimiento, al más pesado, al más plasta, al más platónico...porque no nos engañemos... se vota mucho a lo físico, a su aspecto, a su melenita, a su corbatita, a su pose de triunfador y a como lo dice, si lo dice con seguridad apabullante pero siendo educado o si lo dice temblándole los labios. Buscamos hombres y mujeres robot.
Y ¿lo que dicen?, lo que dicen se queda para cuatro pringados que ponen cara de interesantes. El contenido no importa e importa el envase. De hecho a los políticos les enseñan gestos y movimientos de manos y a hacer pausas amorfas y hasta les enseñan a comer como es "debido" (como se decía en mis tiempos de antaño). Mi límite está rebasado, está sobrepasado y prefiero deslizarme por un agujero negro que aguantar un soporífero discurso político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario