Las noticias vuelan y más con éste viento de Tramontana y ¡qué pena! primer gran incendio de éste Verano. Menorca arde por el Norte y curiosamente empezó a las 2 de la mañana, que como sabemos todos es cuando más calienta el sol. Ahora dicen algunos que está controlado y son las 12 de la mañana, no sé ya veremos, porque con éste fuerte viento cualquier chispa puede avivar las llamas. Mi tierra gallega ardió éste verano, Portugal también ardió y como guinda del pastel tenía que arder Menorca. No me figuro como serán los mendas que prenden el fuego: ¿serán resentidos, estarán llenos de odio, serán egoístas, tendrán retorcido su cerebro?...Miles de preguntas que seguramente se quedarán sin respuesta. Ahora sí, el tío debe ser muy bicho rastrero, más o menos como una serpiente con dos patas.
Claro que desde que se puede construir sobre superficie quemada, la cosa ha cambiado un huevo. Un bosque hermoso con preciosas vistas al mar y en el que no se puede construir, pero se enciende la chispa, se prenden las llamas y en lo que queda de superficie calcinada se puede montar una urbanización. Fácil y sencillo, cómodo y sin intereses de demora. Y ¿quién se inventó semejante ley?, porque tiene mandanga la cosa, es como ponerle un caramelo a un niño. Como si el mundo ya no estuviera lleno de descerebrados, como si necesitaran semejantes estímulos.
No sé, la vida ya es dura, pero siempre será más dura sin bosques, sin sus frondosos árboles, sin sus matorrales, claro que de seguir así acabaremos viviendo en un puto peñasco. Rocas y casas, calles y putos jardines, aceras y avenidas, garajes y coches, ladridos de perros domados y domesticados y de fondo y de música de fondo, suenan los motores del aire acondicionado. Y ¿queremos esto?, pues si no lo queremos que quiten de una puta vez esa ley asesina.
Claro que desde que se puede construir sobre superficie quemada, la cosa ha cambiado un huevo. Un bosque hermoso con preciosas vistas al mar y en el que no se puede construir, pero se enciende la chispa, se prenden las llamas y en lo que queda de superficie calcinada se puede montar una urbanización. Fácil y sencillo, cómodo y sin intereses de demora. Y ¿quién se inventó semejante ley?, porque tiene mandanga la cosa, es como ponerle un caramelo a un niño. Como si el mundo ya no estuviera lleno de descerebrados, como si necesitaran semejantes estímulos.
No sé, la vida ya es dura, pero siempre será más dura sin bosques, sin sus frondosos árboles, sin sus matorrales, claro que de seguir así acabaremos viviendo en un puto peñasco. Rocas y casas, calles y putos jardines, aceras y avenidas, garajes y coches, ladridos de perros domados y domesticados y de fondo y de música de fondo, suenan los motores del aire acondicionado. Y ¿queremos esto?, pues si no lo queremos que quiten de una puta vez esa ley asesina.
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