LA "TEMPORADA"

Y entre una cosa y la otra son las 3 de la tarde. Bueno, ya he comido con mi hijo pequeño y ahora, tengo toda la tarde por delante y hoy se nota que se ha dado otro salto en la temperaturas, estamos muy cerca de los calores veraniegas y que gustan tanto a los guiris blancuzcos y esmirriados que caen por aquí (sobre todo, son ingleses con el color de la leche). La gente de aquí ya está preparada para la "Temporada" que es como le llaman a los 5 o 6 meses en que se vive de la guirigada, aunque en realidad son 2 o 3 meses, por tanto en menos tiempo hay que sacar pasta para todo el año y un poquito más... y por eso en Verano todo se pone por las nubes. Pero bueno, es ley de vida y de supervivencia, aunque no llego yo a tenerlo tan claro, pues si no se hincharan tanto los precios, creo que todos viviríamos mejor.

Ésta Isla es un sitio caro y por ser Isla y por ser una hermosa Isla que además está muy bien conservada y bueno, tiene sus puntos negros, como pasa con los Hoteles construidos en bellísimas Calas o en pequeñas playas, pero digamos que eso pasa y como mucho, en el 10% de las Calas y en el resto, se puede disfrutar de la hermosura de sus playas y aguas. Porque le belleza de Menorca, sobre todo está en su agua, en sus transparencias y reflejos, pero no nos podemos olvidar de sus paisajes netamente Mediterráneos (arbustos, árboles y sus coloridos). Y entonces ¿qué pasa?, pues que toda esa belleza se paga y un poquito más.

La verdad, es que siempre se paga un poco más en todo. Pero bueno el guirí que viene aquí, viene a quemarse por fuera con al sol y por dentro se quema  con el Gin o Ginebra, que por cierto se hace aquí (es autóctono) y de algo tenían que servir casi 100 años de poderío inglés sobre la Isla (en el siglo XVIII, Menorca fue inglesa), pues ellos dejaron su propio sello que se puede resumir: en un toque militar (defensas y fortalezas) y en como se hace la Ginebra. Y por último dejemos clara una cosa: no todos los guiris son así, pero sí es verdad que abunda esa clase de ganado.

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JULIO CORTÁZAR