¡GRACIAS!

Bueno, pues si ayer era Jueves, hoy será Viernes, digo yo y si ayer era día 12 de Octubre, hoy será día 13 de Octubre y mañana 14. Pues dicen que seguirá sin llover, que parece que seguiremos en puta sequía para largo tiempo y al final, ya veremos que pasa. Porque resulta que todo esto es normal y porque ya hubo años peores y siempre aparece el consuelo de los demagogos...el que nos dice, que no hay calentamiento global, ni capa de Ozono, ni hostias benditas. Pero coño ¡de verdad que no lo ven!, ¡de verdad!. Claro que si en éste país en donde vivo (que de momento se llama España y más adelante, ya veremos) si los ingresos secundarios al puto Turismo que ahora nos invade fueran dependientes del hecho de que lloviera o sea, que si no lloviera se iría al carajo el turismo...pues pasa que entonces el Gobierno y todo su séquito se darían cuenta de lo que hay. Pero hemos votado (yo no, desde luego) a éstas focas que todos los Domingos van a Misa. Y os preguntaréis que tiene que ver una cosa con la otra, es decir: que tiene que ver el calentamiento global y el cambio climático con que los miembros y miembras de éste gobierno de España vaya los Domingos a Misa. Bueno, yo no lo sé...pero estoy seguro de que algo tiene que ver.

En ésta vida y en éste mundo tiene que ver todo y pasa un Huracán todo desmadrado y destructivo y resulta que eso tiene relación con un castigo divino. Y es que todo acaba en manos de Dios y en su sector más representativo, la Santa Madre Iglesia y además ¿porqué Dios nos castiga?...pues por todos nuestros pecados, pero sobre todo y por encima de todo, por no ir los Domingos a Misa. Y de ahí viene el puto nexo o conexión. En la viña del señor todo se demuestra y si no se demuestra, pues ¡muy sencillo!... se hace un milagro y a tomar por culo la ciencia.  Vamos a ver, milagros milagros hay todos los días...otra cosa es que no queramos mirarlos...pero ese ciego que cruza la calle entre miles de coches y todos locos y a bocinazos...es un puto milagro. Pueden pasar dos cosas: uno, que el Ciego ve (y mejor que yo) y sabe de que va la cosa o dos, que no ve un carajo y si no ve un carajo...es que delante de nosotros está ocurriendo un milagro.

En mis lejanos tiempos jóvenes el Ciego llegaba al semáforo y te arreaba un bastonazo, es decir, tú estabas esperando a que se pusiera el semáforo en verde y de repente se ponía una sombra detrás de ti y sin más y sin menos, notabas el bastón en tus carnes, pero no lo hacía con cuidado sino a lo bestia y para que te doliera. Y de ahí viene que yo le tenga tanto cariño a los Ciegos, pero no soy el único y porque entre los compis que salíamos juntos del Cole, no había un solo caso que no se escapara al ver a un ciego. Pero éstas cosas se ocultan y se ocultan por ese asunto tan fariseo como es la pena que nos deben dar los ciegos. Es lo de siempre, pena hay que tener pero en plan relativo y yo te ayudo a cruzar la calle pero no me agradezcas con un bastonazo, pero tampoco lo hagas con besos y abrazos y me llega con lo más simple que ha inventado el hombre, con un ¡GRACIAS!.

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JULIO CORTÁZAR