Día 10 de Enero del 2.018 y podía ser un día cualquiera del mes de Enero y el resultado final es igual a eso, a un día cualquiera del mes de Enero, pero bueno, vamos a dar un cierto aire al día y por la simple razón de que es Miércoles y es que no sé el porqué, pero tengo una especialidad atracción por los Miércoles y yo ante una de mis debilidades y sea cual sea...., me rindo, sucumbo y me postro. Yo soy así y además, me reivindico siendo así y es más, me acepto tal cual soy, es decir acepto que vayan en el mismo paquete (que soy yo) mis miles de defectos y mis reducidos aciertos y que son pocos, pero en mi vida han tenido y tienen un peso que no veas. Y yo creo que no andaría tan desacertado si digo que...si digo que por cada acierto que he tenido en mi vida le corresponden 10 defectos o fallos, algunos bestiales de necesidad y otros cuantos... como diría yo..., defectos de andar por casa o lo que la santa madre iglesia calificaría como pecados veniales. Y es que en número de casos y de historias, siempre gana la maldad en la vida....pero claro, nosotros mismos nos compensamos y cuando tenemos un puto acierto lo elevamos al máximo grado posible y a veces, imposible y más o menos a nivel mercado, el valor es igual a: 1 acierto vale por 10 defectos o fallos (relación 1/10). Bueno la verdad es que ya nacemos con la balanza escorada hacia el lado de que tengan más peso las cosas buenas de la vida y porque sino sería imposible el seguir viviendo.
Porque si sumamos y repasamos nuestra gran o nuestra puta vida, veremos que hemos llevado más palos que alegrías y gracias a tener nuestro Cerebro tan retorcido hacia el lado positivo....podemos llevar palos y más palos y en cambio seguimos respirando y viviendo y algunos como yo, viviendo en un puto Limbo, que es o que son o fueron estos últimos años de mi vida. Bueno, por el camino he vivido en más Limbos y menudos Limbos y que maravilla de vida y de preciosos momentos. Pero repasando y resumiendo, he comprobado que mantengo la relación que anteriormente había dicho (relación 1/10), aunque siendo sincero del todo (y para no caer en el victimismo), elevaría esa relación a 1/3 o sea, 1 años bueno y 3 malos y valdría igual para los meses y días. De todas formas el valor que en estos temas tienen las estadísticas es muy relativo y porque habría que saber medir o sopesar el verdadero peso específico de cada acierto o desacierto.
De todas formas nuestra vida está hecha de grandes hitos preestablecidos: nacemos, nos bautizan, crecemos en pantalones cortos, nos hacemos puberes llenos de asquerosos granos y de espinillas, estudiamos bachiller y la carrera, curramos como auténticos cerdos, nos casamos, tenemos hijos, seguimos currando a destajo, siguen creciendo los hijos, para los hijos pasamos de ser los reyes del mambo a mira... que padres tan pesados y aburridos. Y el final suele ser más variado, pues los hijos van desapareciendo del día a día y entonces vienen los planteamientos vitales de los 50 o 60 años: seguimos casados?, merece la pena? o nos divorciamos? y que cada uno que apenque con el trozo que le queda de vida...aunque claro, siempre quedan y están los acomodactivos que se adaptan a todo tipo de terreno y en ellos predomina éste pensamiento: y no lo hago porque sólo no sabría hacer nada y además, no sé estar sólo y yo añadiría...y ¡Mamá tengo miedo!. Y ésta frase confirma la teoría de que los viejos somos como niños.
Porque si sumamos y repasamos nuestra gran o nuestra puta vida, veremos que hemos llevado más palos que alegrías y gracias a tener nuestro Cerebro tan retorcido hacia el lado positivo....podemos llevar palos y más palos y en cambio seguimos respirando y viviendo y algunos como yo, viviendo en un puto Limbo, que es o que son o fueron estos últimos años de mi vida. Bueno, por el camino he vivido en más Limbos y menudos Limbos y que maravilla de vida y de preciosos momentos. Pero repasando y resumiendo, he comprobado que mantengo la relación que anteriormente había dicho (relación 1/10), aunque siendo sincero del todo (y para no caer en el victimismo), elevaría esa relación a 1/3 o sea, 1 años bueno y 3 malos y valdría igual para los meses y días. De todas formas el valor que en estos temas tienen las estadísticas es muy relativo y porque habría que saber medir o sopesar el verdadero peso específico de cada acierto o desacierto.
De todas formas nuestra vida está hecha de grandes hitos preestablecidos: nacemos, nos bautizan, crecemos en pantalones cortos, nos hacemos puberes llenos de asquerosos granos y de espinillas, estudiamos bachiller y la carrera, curramos como auténticos cerdos, nos casamos, tenemos hijos, seguimos currando a destajo, siguen creciendo los hijos, para los hijos pasamos de ser los reyes del mambo a mira... que padres tan pesados y aburridos. Y el final suele ser más variado, pues los hijos van desapareciendo del día a día y entonces vienen los planteamientos vitales de los 50 o 60 años: seguimos casados?, merece la pena? o nos divorciamos? y que cada uno que apenque con el trozo que le queda de vida...aunque claro, siempre quedan y están los acomodactivos que se adaptan a todo tipo de terreno y en ellos predomina éste pensamiento: y no lo hago porque sólo no sabría hacer nada y además, no sé estar sólo y yo añadiría...y ¡Mamá tengo miedo!. Y ésta frase confirma la teoría de que los viejos somos como niños.
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