Digamos que...
digamos que me dejaron,
digamos que me dejé,
digamos que me abandoné,
o que no quise saber más del querer...
pues para querer está el amanecer,
o el anochecer
o si quedamos a las tres,
pues para el querer está el amar y el soñar,
pues para querer hay que querer
y a la vez, saber querer,
pues para querer hay que deslizar esa mano oscura
que adivina temores y atenaza los miedos,
pues para querer hay que sentir como se desplaza la Luna,
pues para querer hay que saber olvidarse,
y hay que dejar los dedos sobre el sudor de la piel erizada,
y dejar su hechizo y su huella
y también, su especial encanto...
pues para querer hay que dormir sobre montañas de deseos
y entre abrazos sin sentido y llenos de vacíos,
pues para querer hay que querer
y para querer hay que saber querer...
digamos que me dejaron,
digamos que me dejé,
digamos que me abandoné,
o que no quise saber más del querer...
pues para querer está el amanecer,
o el anochecer
o si quedamos a las tres,
pues para el querer está el amar y el soñar,
pues para querer hay que querer
y a la vez, saber querer,
pues para querer hay que deslizar esa mano oscura
que adivina temores y atenaza los miedos,
pues para querer hay que sentir como se desplaza la Luna,
pues para querer hay que saber olvidarse,
y hay que dejar los dedos sobre el sudor de la piel erizada,
y dejar su hechizo y su huella
y también, su especial encanto...
pues para querer hay que dormir sobre montañas de deseos
y entre abrazos sin sentido y llenos de vacíos,
pues para querer hay que querer
y para querer hay que saber querer...
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