VERANO Y OTOÑO

                                                      Hoy podía ser un día cualquiera...pero va a ser que no...que no lo es y hoy es 16 de Agosto y hemos pasado el ecuador del mes y eso significa que hemos sobrevivido otro medio mes. Y todo esto tiene su propia explicación (siempre hay un porqué en la vida) y entonces resulta que para mí y para mis huesos el Verano es un puta condena y que en mi caso, es la pena que tengo que pagar por todos los putos pecados que he cometido y que seguiré cometiendo...porque yo sé que voy a morir en pecado y si puede ser y me dejan, moriré cometiendo el más pecado mortal de los pecados o el número uno de los pecados, pues ¿para que vamos a andarnos con tonterías?. Bueno, volvamos al tema del Verano y sus densidades espesas y creo que he acertado con la expresión de que el Verano me resulta espeso y pegajoso y porque se rodea de espesos y pegajosos sudores. La vida es así y a veces es así de espesa. Yo en mi prototipo de vida ideal, tendría sólo dos estaciones: Otoño y Primavera y punto y pelota y si me hicieran tener que definirme por una sola estación ésta sería el Otoño, soy más de Otoño que los mismos Helechos o las mismas Setas, yo soy como ese Musgo que rodea y cuelga de las ramas de los Árboles y para mi crecimiento necesito sol otoñal o sea, sol tangencial suave y cariñoso, también necesito lluvia, mucha y abundante lluvia y muchas dosis de ánimo (que lo tengo) y que nunca me falte.

                                                     Yo soy de Otoño y bueno, vivo en una Isla donde el Otoño es muy raro, es decir, es muy raro para mi y para mis Huesos y porque siempre se hace muy corto. Además a los Otoños de ésta Isla le faltan cosas: falta esa lluvia constante y fina, falta los variados colores otoñales de los árboles, faltan nieblas y neblinas y sobra el sol, es un Otoño con demasiado sol y mejor dicho, es un Otoño con altas temperaturas para ser Otoño. ¡Joder! y pensar que aún estamos a mediados del mes de Agosto...pero menos mal que queda menos para que llegue Septiembre, porque Septiembre siempre fue un mes muy especial y supongo que lo es porque Septiembre me encantaba desde mi niñez o desde que fui consciente y pensativo y sin darme cuenta volvemos a lo mismo: los Septiembres de mi infancia eran Otoñales (vivía en mi Galicia natal y allí el Otoño se declara en Septiembre o por lo menos, así era antes)

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JULIO CORTÁZAR