Pues después de una noche de tortura,
una puta muela de mierda que me recordó lo que es el dolor urente,
urente, hiriente y muy ardiente,
y noche en vela y retorcido de dolor,
total que hasta las 6 de la mañana estuve en plan serpiente,
y sobre esa hora vino Morfeo y cerró por fin, mis ojos,
pero hostia y hostia tenía que levantarme a las 6,45 a.m.
y la verdad es que no sé si me levanté vivo o medio muerto
y en cuanto tuve dos o tres horas por la mañana me dije:
voy a vengarme y sin más, me quedé sopa y bien dormido
y entonces la mañana se fue al carajo,
bueno, se fue en la puta cama
y no sé que me produce más dolor
si el tiempo perdido
o el torturador dolor de muelas,
lo que también queda muy claro,
es que las dos cosas a la vez son imposibles de hacer,
y no sé puede pensar, ni sentir, ni hacer nada de nada
cuando estás en la cresta del dolor,
por tanto y como pasa muchas veces en la vida,
estás con la cara A o con la cara B
porque es verdad que hay muchas situaciones
que requieren soluciones inmediatas
y para ello hay que mojarse y decidirse,
yo reconozco que soy un obsesionado de las decisiones
y sé que a veces me paso insistiendo en tal susodicho tema,
pero es que lo contrario me desquicia,
me desquician los neutros, los indecisos de condición
y nacimiento,
los admiradores del puto equilibrio cenizo,
los teóricos de la suprema empatía divina
y por supuesto los magos del equilibrio emocional,
vamos a ver, los del equilibrio emocional de los cojones,
me ponen tan mal como me puede poner un Psiquiatra,
que mira que he pasado por Psiquiatras
y venga todas a buscarme las cosquillas
y sobre todo, venga a tocarme los cojones,
y bla, bla, blá...
y padeces de un trastorno bipolar con un componente depresivo
que va a requerir un millón y medio de pastillas
y de todos los colores y de todos los tamaños
y aún así y si te vuelves a poner bipolar asqueroso,
siempre nos queda el plan B
y otro millón y medio de pastillas pero claro, más fuertes y poderosas
que primero, te atontan tu debilitado Cerebro
y segundo te duermen en un estado de Coma de casi muerto viviente
y de tal profundidad que hasta los sueños se te quedan dormidos,
y a la mañana siguiente te preguntas en donde coño has estado,
es tal la resaca que dejan esas mierdas pastilleras asesinas de neuronas,
que hasta llegas a pensar si no te bebiste una Bodega entera del peor Champán...
Y bueno, de entre toda ésta fauna de personajes tan siniestros,
también tendría que mencionar a algún psicólogo
(aunque es de personas el reconocer
que he pasado por menos psicólogos),
pero por alguno si he pasado,
y mi experiencia (que no es la madre de la ciencia) me dice,
cuidado con los psicólogos que hacen piña con los psiquiatras,
porque al final, se acaban haciendo de la misma escuela
y el Psicólogo te escucha y te pregunta que coño te pasa durante un par de sesiones,
pero a la tercera ya te coloca el mismo sello del Psiquiatra
y entonces empiezan su fiesta,
tienes que ir al psiquiatra que te recete algo para esto y algo para lo otro,
(diagnóstico es el mismo que el del Psiquiatra)
y una vez que estés bien atontado y no te enteres ya de nada,
de nuevo vuelves por aquí
y ésta vez hablaré solo yo, porque tú ya ni sabrás lo que dices,
mirarás dócilmente al suelo,
balbucearás cuatro sílabas mal dichas,
salivarás en exceso
dirás a todo que sí porque de cada vez te sientes más mierda
y al final, acabarás comiendo las pastillas en su puta Mano
y ¡hombre! tienes que apuntar tus recuerdos y escribirlos
y aquí en el escribirlos es por donde yo me liberé de ellos,
empecé a escribir y a contar y a opinar
y sin darme cuenta,
de nuevo empecé a sentir, a amar, a querer
y a volver a soñar
y tengo que decirle a mi última psicóloga
que volví a revivir mi infancia
y ya sé que tú buscabas sufrimiento y malos rollos
y porque así estaba escrito en los libros
y en todos los manuales de Psiquiatría
en conclusión decían y dicen:
los trastornos mentales tienen su origen en traumas de la Infancia
pero ésta vez te has confundido,
mi infancia a pesar de todo los pesares fue grandiosa,
maravillosa, amable y luchadora,
muy luchadora
pero..........................................................................................
¿desde cuando luchar forma parte de una enfermedad mental?.
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