NO HE PARADO DE ANDAR (Poema)

Los Perros me enseñaron los dientes,

los Lobos se comieron mis partes,

los Buitres, se comieron mis Ojos

y las Alimañas lamieron mis Legañas

y yo quedé reducido a un Cráneo derruido y vacío,

y mi Tronco se había convertido en un Pergamino enjuto y seco

y mis Piernas tomaron forma de puntiagudos alfileres,

morí y bien muerto,

morí dos veces, tres veces, 

morí cientos de veces

y en todas ellas, siempre resucité

y de una Célula nacieron millones de células

y poco a poco se fue extendiendo esa mancha de aceite viviente,

poco a poco se cubrió el Cielo de células vivas brillantes

y los Mares se condensaron en masas de algas unicelulares,

que al final, lo hicieron semisólido y de densidad pastosa

era como andar sobre lagos de arenas movedizas

y a cada movimiento, me hundía más y más

y hasta que mi boca se llenó de arena triste y húmeda,

no empezó mi verdadera desesperación,

quería moverme, me movía y me hundía un poco más

y al final, acabé hundido y muerto,

pero mis células sobrevivían

y algunas gritaban:

queremos seguir viviendo

y hasta que ese grito no se paseó por mi reducido Cerebro,

no empecé a reproducirme

y de una sola Célula nacieron millones de células

y poco a poco mi Cuerpo empezó a tomar su forma,

me crecieron Dedos,

me salieron Pulmones,

me envolvieron en un manto, llamado Piel,

me instalaron Hígado, Riñones, entrañas,

Médula Ósea y una potente bomba,

llamada Corazón

y gracias a dios o a quién sea,

  me pusieron a andar al ritmo de mis latidos,

empecé a andar y hasta ahora, no he parado de andar.

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JULIO CORTÁZAR