¡¡¡SILENCIO!!! (Poema)

Pongámonos el GPS,

enchufemos radares y activemos nuestras remotas y olvidadas vidas,

activemos pilas y pongámonos pilas alcalinas

o ácidas de esas que cuando lleguen al Estómago

sean digeridas bajo el peso del mismo argumento,

 pero mucho más potente y contundente

seamos, seamos personas, seamos humanos,

seamos de aquellos que nacimos en un mes de Febrero

sí, seamos Acuarios

que dicen que son muy enrollados,

yo soy Acuario

y tengo que decir,

 que de enrollado tengo muy poco,

soy más bien tirando a rarito de la clase,

era aquél chaval un tanto tímido y delicado

parecía frágil de cristal,

frágil de porcelana,

frágil de será mejor que no me toques...

porque sino os corto los huevos en rodajas,

era un tío así, buen tío...parecía

parecía tranquilo

 y en realidad, era tal mi ansiedad,

que no permitía que nadie me soplara o me tosiera,

eran tan bicho que saltaba a la mínima de nada,

y nada de caricias en la noche,

lo mío eran hostias bien dadas

y mordiscos a contraluz y mejor, con la Luna llena

lo mío, era sangre salpicada en la matanza de Texas,

y es que una vez que me disparaba

nadie me podía parar,

y ya fueran uno o diez

o una legión de gilipollas,

daba igual, yo pensaba que la guerra es la guerra,

y daba igual si me cubrían de moratones y sangre seca

además, el puto lila que dejan las contusiones

favorecía mi tez morena y más, con pelo rubio pajizo

(que de aquellas lucía)

es más,

 me dotaba de esa estampa entre salvaje y rebelde a lo James Dean,

(salvando las diferencias, claro),

además, con mis Pecas que salpicaban mi rostro sin orden y sin causa,

era una combinación cuasi perfecta,

yo era un chaval con aspecto frágil y mirada un tanto huidiza,

pero como ya de pequeño me encantaban las transformaciones

pasaba de un estado tranquilo o un estado de éxtasis en un plis plas,

en un chasquido de dedos o en un ligero suspiro,

era el yin yang a lo bestia,

pasaba de la suavidad de los mares a los peores huracanes,

pasaba de ser el amor más dulce y suave al más ácido y árido,

era un lobo con piel de cordero,

era un volcán dormido que siempre estaba a punto de petar,

ahora bien, mientras nadie me provocaba

era un Lobo solitario,

andaba a las mías,

tenía mis propios fantasmas con los que compartía juegos

y secretos,

es más, tenía todo un código ético

de lo que podía decir y no decir,

tenía un conjunto de reglas y normas de lo que podía decir

o no hablar,

era fácil, aprendí rápido y pronto con mi Madre,

aprendí que siempre era mejor no decir nada de nada,

no opino, ni pienso,

no digo, no hablo, no murmullo y siempre me callo,

y pasara lo que pasara, el silencio era mi lema de cabecera,

porque sino las hostias llovían

y no sé muy bien el porqué,

 pero siempre acababan por partirme mi suave cara de niño tierno y rubio

por tanto y a muy corta edad, aprendí a estar callado y pasara lo que pasara,

aprendí a estar callado antes que andar,

que por lo me jugaba, lo aprendí mucho antes,

yo creo que lo aprendí antes de salir al mundo,

mi Madre a través del Cordón umbilical

me mandó sondas de aviso:

no digas, no hables, no disientas, no des tu opinión,

no digas sí o no, no digas nada, no murmures, no soples,

no gesticules, no respires, no intervengas, no pienses en alto,

habla sin que se note que estás hablando para tus adentros

y entonces ¿qué os puedo decir?

que nací aprendido y bien aprendido

y ahora sé, que mi primera gran lección en ésta vida,

fue el...........¡¡¡SILENCIO!!!

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JULIO CORTÁZAR