"MALOS MODOS"

En algún modo,

en modo alguno,

en modo mudo, 

en modo acción

o en modo avión

al final podemos comprobar 

que hay tantos modos como personas

que hay tantas personas con malos modos,

que como decía mi Madre (que en paz descanse):

"el mundo está lleno de maleducados

y así no se puede seguir viviendo"

con final, suspirado y resoplado...

y como si de repente le cayera encima todo el peso del mundo

a mi en concreto, los malos modos me los paso por el forro,

ni me van, ni me vienen,

ahora bien, aclaro que una cosa son los malos modos

y otra muy distinta, es la faltada,

la faltada es faltar al respecto de uno

y añadirle una buenas dosis de asco y desprecio,

y juntos hacen el mismo efecto que un escupitajo en plena cara,

en cambio los malos modos son muy difíciles de definir

y lo que para ti es, para mi no lo es,

pero bueno para eso teníamos aquél libro que versaba sobre éste tema,

le llamaban "el manual de las buenas costumbres"y ¡olé!

(el olé es de mi propia cosecha y no se debe tener en cuenta),

pues dicho Manual lo tenía mi Madre

y por eso con machacona insistencia nos decía casi siempre lo mismo:

"con educación y buenas maneras se abren todas las puertas"

pero resulta que no, que no se abrían,

(yo lo fui comprobando)

las puertas se abren o se cierran por otros criterios,

por ejemplo, mostrando tu razonamiento por delante

exponiéndolo, declarándolo, recitándolo y demostrándolo

y aquí lo que vale no son tus buenos o malos modos,

aquí lo que vale que tu razonamiento sea claro y clarividente

y si te tienes que cagar en dios pues te cagas y te quedarás a gusto,

desde luego lo mío no son normas de educación burguesa

y coge el cuchillo por aquí

y el tenedor por el otro lado

y no hables mientras tengas comida en la boca

y no respires mientras yo respire,

de todas formas hay niveles en el tema...

y queda muy claro que a algunos lo que les pasa,

es que son guarros porque han nacido guarros

y necesitan comer haciendo asquerosos ruidos

y demostrando que tienen la boca hasta los topes de comida masticada y salivada

o al acabar de comer excavar con un palillo en sus oquedades dentales

y para finalmente observar con vehemencia el trozo de carne rescatado.


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JULIO CORTÁZAR