QUE YO...

Hablar de amor cuando estás enamorado, es fácil,

es más, no hace falta que hables

con mirarte en el espejo, llega y es suficiente,

pero cuando el amor se cayó al suelo

y se te quedó hecho trizas,

cuesta hablar de amor...

entonces acudes al contrario, al desamor,

y dentro del desamor te desenvuelves con un poco de amor y odio,

una capa de uno y otra capa de lo otro,

pero esto pasa al principio,

porque después todas las capas son de odio visceral,

primero, odias

segundo, odias

y por último, sigues odiando

y hasta cubrirte tu mismo, de odio,

no puede haber desamor sin odio,

sin que odies a aquella persona que fue amada hasta la bandera,

aunque ahora ella diga: 

Que yo (Yo...soy YO) de aquellas, no había movido un dedo....

claro que todo es subjetivo

y aquí lo que falla

¿es porque no lo moví?

pues muy sencillo

no lo moví porque le decisión de uno debe ser de uno mismo,

porque odio las presiones externas

y el ir arrinconando a las personas,

porque en el amor uno tiene y debe saber lo que ama,

y porque lo que uno ama y quiere tiene nombre y apellidos,

pero todo esto es polvo del camino,

ahora nos quedan nuestros hechos y actos

y ese largo sendero que se llama desamor.

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JULIO CORTÁZAR