Hablar de amor cuando estás enamorado, es fácil,
es más, no hace falta que hables
con mirarte en el espejo, llega y es suficiente,
pero cuando el amor se cayó al suelo
y se te quedó hecho trizas,
cuesta hablar de amor...
entonces acudes al contrario, al desamor,
y dentro del desamor te desenvuelves con un poco de amor y odio,
una capa de uno y otra capa de lo otro,
pero esto pasa al principio,
porque después todas las capas son de odio visceral,
primero, odias
segundo, odias
y por último, sigues odiando
y hasta cubrirte tu mismo, de odio,
no puede haber desamor sin odio,
sin que odies a aquella persona que fue amada hasta la bandera,
aunque ahora ella diga:
Que yo (Yo...soy YO) de aquellas, no había movido un dedo....
claro que todo es subjetivo
y aquí lo que falla
¿es porque no lo moví?
pues muy sencillo
no lo moví porque le decisión de uno debe ser de uno mismo,
porque odio las presiones externas
y el ir arrinconando a las personas,
porque en el amor uno tiene y debe saber lo que ama,
y porque lo que uno ama y quiere tiene nombre y apellidos,
pero todo esto es polvo del camino,
ahora nos quedan nuestros hechos y actos
y ese largo sendero que se llama desamor.
es más, no hace falta que hables
con mirarte en el espejo, llega y es suficiente,
pero cuando el amor se cayó al suelo
y se te quedó hecho trizas,
cuesta hablar de amor...
entonces acudes al contrario, al desamor,
y dentro del desamor te desenvuelves con un poco de amor y odio,
una capa de uno y otra capa de lo otro,
pero esto pasa al principio,
porque después todas las capas son de odio visceral,
primero, odias
segundo, odias
y por último, sigues odiando
y hasta cubrirte tu mismo, de odio,
no puede haber desamor sin odio,
sin que odies a aquella persona que fue amada hasta la bandera,
aunque ahora ella diga:
Que yo (Yo...soy YO) de aquellas, no había movido un dedo....
claro que todo es subjetivo
y aquí lo que falla
¿es porque no lo moví?
pues muy sencillo
no lo moví porque le decisión de uno debe ser de uno mismo,
porque odio las presiones externas
y el ir arrinconando a las personas,
porque en el amor uno tiene y debe saber lo que ama,
y porque lo que uno ama y quiere tiene nombre y apellidos,
pero todo esto es polvo del camino,
ahora nos quedan nuestros hechos y actos
y ese largo sendero que se llama desamor.
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