UNA SOLUCIÓN...

Yo no dudo que el Maíz seguirá creciendo

ni que el olvido será como esa hiedra arrancada de la piedra,

que deja marca y señal,

yo no dudo de nada,

de mis historias, yo no dudo,

de mi trabajo, dudo menos,

creo que dudo lo necesario para poder avanzar,

dudo hasta concluir que he dejado de dudar,

yo busco las dudas,

las anoto, las despliego,

las ordeno, las atizo y sacudo

y por si acaso quedaba alguna escondida

y después, las seco al sol y espero,

espero a sentir su olor de duda madura al calor del sol,

yo colecciono dudas inciertas e inmaduras,

dudas con la incertidumbre de no tener solución,

dudas salvajes no domesticadas bajo el látigo de la normalidad

dudas locas sin la servidumbre de la medicación,

dudas más allá del horizonte,

dudas viajeras que no conocen fronteras,

dudas nacidas en partos podálicos,

yo no dudo que el Maíz será recolectado,

yo no dudo que el pasto seco puede arder,

yo no dudo de mí,

por lo menos no dudo de entrada,

y si por el camino dudo o empiezo a dudar,

siempre habrá tiempo para pedir un tiempo muerto,

dádme un minuto o dos para ordenar mis dudas,

y os prometo una solución sobre la mesa,

una solución clara y decidida

y sin introducciones ni falsos epitafios,

una solución clara, concisa, amable, didáctica,

expresiva, intuitiva, humana, cordial,

interesante, sincera, meridiana, transparente,

iluminada, transgénica, heteredoxa,

hermafrodita, genérica, concreta,

inteligente, romántica, preciosa,

espléndida, grandilocuente 

y sobre todo y por encima de todo...

¡contundente!.