me miro, me toco y me admiro un poco,
aunque otras veces, me repudio sin saber porqué,
y eso que trato de sacarme de en medio las arrugas,
las bolsas de los Ojos
los profundos surcos que recorren mi rostro,
y el verde de mis Ojos que poco a poco se fue desgastando y deslustrando,
y es que al final,
si voy sumando, restando o multiplicando años,
el resultado final equivale al como estoy
y estoy de tal manera que si se levantara el poderoso Viento del Norte,
dejaría mis tristes Huesos al descubierto
y entonces descubriría...
que soy un Esqueleto con un Alma que no le cabe dentro.

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