
En las tardes como en la presente,
en donde la Primavera se viste de seda
y en donde las ideas florecen como Margaritas,
es bueno pararse un ratito
(con un ligero instante suele llegar)
y dejar que las imágenes fluyan desde la Retina hasta el Quiasma Óptico,
y allí sentarse en la Silla Turca a contemplar el paisaje,
millones de neuronas trabajando y produciendo a plena luz del día
y dicen que los estímulos entran y salen en haces de luz intensa,
como destellos, como mis destellos luminosos y alucinantes,
o como Faros anunciando peligro con su luz de intermitencias
y es que en las tardes como las de hoy,
hay que sentarse a ver pasar los Barcos
o tumbarse en una playa a contemplar estrellas fugaces.
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