Que si levanto mi cuerpo
es para ponerme de pie y en pie,
que si alzo mis dedos,
es para decir estoy aquí,
que si muevo mis labios,
es para decir te quiero,
aunque te hayas quedado sin nombre y sin cuerpo,
aunque la belleza sea etérea y a la espera de algo que no sé que es,
aunque tus brazos cuelguen de un árbol
y tus piernas sean prolongaciones de aquél ayer,
hoy te juro,
que caminaré sobre las aguas,
que volaré por debajo de la línea de flotación,
que iré saludando a mis peores temores,
que seré leal y valiente,
que te diré lo que pienso y siento
y entonces y sólo entonces, podré ser declarado...
como territorio libre de odio y de impuestos.
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