Estaba desde mi ventana contemplando a la peña de la fiesta y toda su mierda de borrachera grotesca y penosa, cuando me di cuenta que hoy aún no había cagado. En ese momento me acordé de como cagaba cuando estaba de acampada. Más bien, como no cagaba y a veces hasta llegué a tener el récord de tiempo sin cagar (el mío propio), creo que una o dos vez llegué a las dos semanas sin cagar y la mierda se me salía por las orejas y se resbalaba entre los dientes. La culpa de no cagar de acampada, la tenía mi paranoia sobre las serpientes y culebras y por eso cuando una hierba rozaba mi orondo culo yo pensaba que me estaba dando un muerdo en el culo una puta Víbora siempre mortal. Y no hacía falta que fuera una hierba, llegaba con una suave brisa o con ruido que para mi era extraño, que como soy de ciudad casi todos los ruidos lo eran para mi. Bueno, viví en ciudad tres cuartos y en el campo un cuarto de mi infancia. O sea que algo de campo tenía, pero al parecer, no lo suficiente.
Saber donde empezó el todo del miedo a las malditas serpientes, me es difícil de recordar. Supongo que alguna película de las malas y más perversas se encargó del tema de mi miedo paranoico. Bueno sí, hubo una tortura que a mi me habían contado que se había hecho en Chile y cuando el puto golpe militar: sentaban al tío o tía sobre un recipiente de boca abierta que contenía unas serpientes (aunque también existe la versión de que contenía Ratas) y bueno, calentaban por abajo en recipiente y claro al irse quemando el bicharraco no le quedaba otro remedio que meterse por el ano del torturado). En éste caso, es más bestia el ejemplo de la rata y porque se supone que te comía por tus adentros. También dicen que las serpientes se cuelan por los sueños y en mi caso, supongo que se colarían por una dolorosa pesadilla.
Bueno, pues volviendo al tema de cagar cuando contemplaba a la peña toda borracha, pues que me fui hacia el water pensando en lo que antes dije, pero una vez que llegué a mi trono me pasó exactamente lo que me pasaba en las acampadas, la única diferencia que hubo que ésta vez con tanta pasión y fuerza que puse en el empeño casi me cargo mi esfinter anal. Noté como una punzada seguido de goteo de sangre y un poco de mierda. Muy poca mierda, casi ninguna y mucha sangre y como si alguien me hubiera abierto un grifo en el mismo culo. Sangre y mierda y esas dos cosas son las que entre otras, debería formar parte de mi escudo de armas. A continuación va a pelear el caballero que representa a la noble sangre y a la noble mierda. Pues ¿qué os puedo contar?, conocéis un dolor profundo y desgarrante y tal y como si estuviera de parto, pero en ésta caso parto anal y sin poder salir la criaturita.
Me desinflé, hubo un momento en que desinflé como un globo pinchado y para aliviar un poco mi dolor lacerante e incisivo, tuve que poner mi orondo culo a remojo en agua templada tirando a fría. El dolor disminuía pero se quedó de fondo y como si fuera un ronroneo de un Gato. Claro, el zurullo estaba impactado en el puto ano y debía ser inmenso, duro y compacto. En cuanto pude y me relajé un poco, me acerqué a la Farmacia y le pedí una lavativa o enema para el estreñimiento pertinaz y asesino (en mis lejanos tiempos, se le llamaba Pera y porque el artefacto, que llevaba de contenido un poco de aceite y un mucho de agua caliente, tenía forma de pera y justamente era el rabo de la Pera la que te tenías que meter por el culo y hasta el fondo de la sala). Pero ahora ya vienen preparados de fábrica éste tipo de productos y son más fáciles y cómodos de meter.
Y menos mal que llegué a la farmacia en el último segundo, porque iban a cerrar y antes de hora y por las putas fiestas del pueblo, ¿Os gustó mi anécdota?. Pero no os voy a dejar sin final (no soy tan malo). Me puse la lavativa por el ano y a los dos minutos me entraron una ganas de cagar alucinantes y no sé, al estar haciéndolo por poco reviento...pero no fue así y de repente y con todo su esplendor surgió por mi culo esa linda criatura parecida a Alien. Claro que después de ésta, estuve sangrando por el culo varios días más, pero eso siempre pasa después del parto. ¿O no?.
Saber donde empezó el todo del miedo a las malditas serpientes, me es difícil de recordar. Supongo que alguna película de las malas y más perversas se encargó del tema de mi miedo paranoico. Bueno sí, hubo una tortura que a mi me habían contado que se había hecho en Chile y cuando el puto golpe militar: sentaban al tío o tía sobre un recipiente de boca abierta que contenía unas serpientes (aunque también existe la versión de que contenía Ratas) y bueno, calentaban por abajo en recipiente y claro al irse quemando el bicharraco no le quedaba otro remedio que meterse por el ano del torturado). En éste caso, es más bestia el ejemplo de la rata y porque se supone que te comía por tus adentros. También dicen que las serpientes se cuelan por los sueños y en mi caso, supongo que se colarían por una dolorosa pesadilla.
Bueno, pues volviendo al tema de cagar cuando contemplaba a la peña toda borracha, pues que me fui hacia el water pensando en lo que antes dije, pero una vez que llegué a mi trono me pasó exactamente lo que me pasaba en las acampadas, la única diferencia que hubo que ésta vez con tanta pasión y fuerza que puse en el empeño casi me cargo mi esfinter anal. Noté como una punzada seguido de goteo de sangre y un poco de mierda. Muy poca mierda, casi ninguna y mucha sangre y como si alguien me hubiera abierto un grifo en el mismo culo. Sangre y mierda y esas dos cosas son las que entre otras, debería formar parte de mi escudo de armas. A continuación va a pelear el caballero que representa a la noble sangre y a la noble mierda. Pues ¿qué os puedo contar?, conocéis un dolor profundo y desgarrante y tal y como si estuviera de parto, pero en ésta caso parto anal y sin poder salir la criaturita.
Me desinflé, hubo un momento en que desinflé como un globo pinchado y para aliviar un poco mi dolor lacerante e incisivo, tuve que poner mi orondo culo a remojo en agua templada tirando a fría. El dolor disminuía pero se quedó de fondo y como si fuera un ronroneo de un Gato. Claro, el zurullo estaba impactado en el puto ano y debía ser inmenso, duro y compacto. En cuanto pude y me relajé un poco, me acerqué a la Farmacia y le pedí una lavativa o enema para el estreñimiento pertinaz y asesino (en mis lejanos tiempos, se le llamaba Pera y porque el artefacto, que llevaba de contenido un poco de aceite y un mucho de agua caliente, tenía forma de pera y justamente era el rabo de la Pera la que te tenías que meter por el culo y hasta el fondo de la sala). Pero ahora ya vienen preparados de fábrica éste tipo de productos y son más fáciles y cómodos de meter.
Y menos mal que llegué a la farmacia en el último segundo, porque iban a cerrar y antes de hora y por las putas fiestas del pueblo, ¿Os gustó mi anécdota?. Pero no os voy a dejar sin final (no soy tan malo). Me puse la lavativa por el ano y a los dos minutos me entraron una ganas de cagar alucinantes y no sé, al estar haciéndolo por poco reviento...pero no fue así y de repente y con todo su esplendor surgió por mi culo esa linda criatura parecida a Alien. Claro que después de ésta, estuve sangrando por el culo varios días más, pero eso siempre pasa después del parto. ¿O no?.
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