De nuevo en casita y la, la, la...larita. No, si de cada vez más... mi casa es mi casa y no es la tuya y punto y pelota. Yo debía hacer un programa paralelo al de mi gran amigo Bertin Osborne ("Mi casa es la tuya") y traer a mi puta casa a los invitados más impresentables de la sociedad. Por ejemplo alguien de la realeza o cualquiera de su extensa parentela de sangre azul. Aunque también se pueden poner otros casos: por ejemplo, cualquier político de Ciudadanos o del PP (Los de Vox, ni siquiera serían invitados, pues son fachas nazis y yo a los fachas nazis directamente los desprecio y los ignoro en el baúl del olvido). O también invitaría a otro tipo de personajes más así... de tipo Puigdemont o mismo al payaso que ahora tienen al frente de la Generalitat ( Quim Torra, que estás más torrado que el café tostado) que da vergüenza ajena y porque también se le va fácilmente el plumero de nacionalista catalán que vende butifarras y como si fuera el mejor embutido que hay, que habrá y que hubo en todos los tiempos del mundo mundial.
Alrededor de mi cabeza, vuelan Abejas en busca de rico polen. Estoy en mi pequeño y entrañable patio, rodeado de flores y plantas y bajo la hermosa sombra de una parra. Y como va a ser, ¿qué yo vaya a invitar a alguien a mi santa casa, a alguien que me cae como tres patadas en los cojones y para hacerle una mierda de entrevista sobre su puta vida?. "Mi casa no es la tuya" y que esto quede muy claro para el que me cae mal y para el que realmente en su vida diaria, ejerce el papel de cabrón redomado. Ahora está pasando una ligera caricia de viento que mueve las hojas de la parra a modo de suave armonía sinfónica que una vez pasada se cubre de hermoso silencio. Entonces con más fuerza me repito "mi casa no es la tuya" y si lo es o lo fuera, ya me encargaría yo decírselo personalmente a esa persona ( ya tengo mi propia edad para decidir mis cositas de andar por casa).
Desprestigiamos a las palabras y cuando queremos... les cambiamos su puto significado. En realidad vivimos en una sociedad hipócrita, donde valen más las formas que los contenidos. O acaso alguien se puede creer que el imbécil del Bertín Osborne te pueda decir "que su casa es la tuya". Decir...puede, pero que tú o que yo nos lo podamos creer, es otra cosa muy diferente. Entre otras cosas, porque el tal Bertin tiene un choza que te cagas, es de niño rico y pijo redomado tipo señorito andaluz y eso equivale a que no la va compartir con nadie y menos con los que andamos a dos velas y somos pobres de espíritu emprendedor (esa palabreja, que hoy en día está tan de moda), en fin, algunos son pobres de pasta y otros, lo somos de espíritu o de las dos cosas. Y porque además, el tío es gilipollas recalcitrante (esto está más que comprobado y consta en acta notarial), aparte de ser un machorro cantarín de letras infumables que dan pena y a veces, risa (que no sé que tiene que ver con el tema problema, pero me apetecía decirlo y además, en ésta vida todo tiene que ver con todo).
Bertin... tú a cabalgar a lomos de tu caballo blanco y a pasear por la feria de Jerez y para demostrar que el señoritismo andaluz sigue existiendo. Aunque para existir como tal y para que puedas mantener tu rango de casposo señorito andaluz, te tienes que dedicar a cantar tristes baladas pasteleras. Vamos a ver...vamos a hacer recuento numérico:
Choza de primera división con sueldo de crack para su mantenimiento integral (cosa que pagamos todos y porque Bertin, te paga la tele pública). Ostentación de caballo ganador.
Prepotencia de gallo jerezano y de Osborne viene mi sangre y ¡olé! y de Jerez soy o del Puerto de Santa María (da igual, más de lo mismo).
Y demostración que eres un niño bien de alta alcurnia (o alto estandin) quizá un poco venido a menos y que puedes ganar pasta a raudales haciendo el imbécil reprimido y siempre salido y demostrando una vez más, que eres un gilipollas integral.
Pero no te preocupes Bertin, ésta vez no me voy a cabrear contigo y porque hoy me siento en el lado positivo de la vida. Hoy me das por el culo y te pido que me des besos en la nuca y mientras con tus manos acaricias mi torso desnudo y noto como se me va erizando los pelos del culo y eso es un signo inequívoco de que voy a cagar sin condición. Lo dicho, hoy me siento zen y me cago cien veces en ti...pero aún así y todo, tengo que decirte...¡Que te quiero!...
Alrededor de mi cabeza, vuelan Abejas en busca de rico polen. Estoy en mi pequeño y entrañable patio, rodeado de flores y plantas y bajo la hermosa sombra de una parra. Y como va a ser, ¿qué yo vaya a invitar a alguien a mi santa casa, a alguien que me cae como tres patadas en los cojones y para hacerle una mierda de entrevista sobre su puta vida?. "Mi casa no es la tuya" y que esto quede muy claro para el que me cae mal y para el que realmente en su vida diaria, ejerce el papel de cabrón redomado. Ahora está pasando una ligera caricia de viento que mueve las hojas de la parra a modo de suave armonía sinfónica que una vez pasada se cubre de hermoso silencio. Entonces con más fuerza me repito "mi casa no es la tuya" y si lo es o lo fuera, ya me encargaría yo decírselo personalmente a esa persona ( ya tengo mi propia edad para decidir mis cositas de andar por casa).
Desprestigiamos a las palabras y cuando queremos... les cambiamos su puto significado. En realidad vivimos en una sociedad hipócrita, donde valen más las formas que los contenidos. O acaso alguien se puede creer que el imbécil del Bertín Osborne te pueda decir "que su casa es la tuya". Decir...puede, pero que tú o que yo nos lo podamos creer, es otra cosa muy diferente. Entre otras cosas, porque el tal Bertin tiene un choza que te cagas, es de niño rico y pijo redomado tipo señorito andaluz y eso equivale a que no la va compartir con nadie y menos con los que andamos a dos velas y somos pobres de espíritu emprendedor (esa palabreja, que hoy en día está tan de moda), en fin, algunos son pobres de pasta y otros, lo somos de espíritu o de las dos cosas. Y porque además, el tío es gilipollas recalcitrante (esto está más que comprobado y consta en acta notarial), aparte de ser un machorro cantarín de letras infumables que dan pena y a veces, risa (que no sé que tiene que ver con el tema problema, pero me apetecía decirlo y además, en ésta vida todo tiene que ver con todo).
Bertin... tú a cabalgar a lomos de tu caballo blanco y a pasear por la feria de Jerez y para demostrar que el señoritismo andaluz sigue existiendo. Aunque para existir como tal y para que puedas mantener tu rango de casposo señorito andaluz, te tienes que dedicar a cantar tristes baladas pasteleras. Vamos a ver...vamos a hacer recuento numérico:
Choza de primera división con sueldo de crack para su mantenimiento integral (cosa que pagamos todos y porque Bertin, te paga la tele pública). Ostentación de caballo ganador.
Prepotencia de gallo jerezano y de Osborne viene mi sangre y ¡olé! y de Jerez soy o del Puerto de Santa María (da igual, más de lo mismo).
Y demostración que eres un niño bien de alta alcurnia (o alto estandin) quizá un poco venido a menos y que puedes ganar pasta a raudales haciendo el imbécil reprimido y siempre salido y demostrando una vez más, que eres un gilipollas integral.
Pero no te preocupes Bertin, ésta vez no me voy a cabrear contigo y porque hoy me siento en el lado positivo de la vida. Hoy me das por el culo y te pido que me des besos en la nuca y mientras con tus manos acaricias mi torso desnudo y noto como se me va erizando los pelos del culo y eso es un signo inequívoco de que voy a cagar sin condición. Lo dicho, hoy me siento zen y me cago cien veces en ti...pero aún así y todo, tengo que decirte...¡Que te quiero!...
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