
En un rincón de mi alma tu cara tengo
guardada,
le da una luz otoñal que juega al gato y al
ratón con la realidad,
por sus esquinas crece el musgo verde
por su lado norte hace mucho frío,
por su lado sur amenazan nubes negras
y yo todos los días le digo a tu cara,
¡buenos días!
y me quedo esperando una contestación...
y al ver que no llega,
me acurruco junto a tu cara
y así añoramos los dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario