
Día 15 de encierro
pasan las horas, pasan los días,
pero no pasa nada más que lo que tenía que pasar,
el tedio llama al aburrimiento,
y juntos se ponen a hablar,
los dos están en su salsa
y el uno se ríe
y el otro disfruta con la risa del otro,
por delante, tienen todo el tiempo del mundo,
hasta lo tienen al llegar la noche
y cuando la noche extiende su velo oscuro y negro
mientras tanto...
un gato negro de ojos saltones cruza la calle,
y un perro callejero lame sus partes...
Día 15 de castigo ejemplar,
porque ejemplares somos,
yo soy ejemplar
pero no soy ejemplarizante,
no se me puede exportar
y hacerme sentar en el salón de tu casa,
y así sin más...
ni sirvo de ejemplo de nada,
yo me autoabastezco,
y me doy pausa cuando pido paz,
y me doy guerra cuando toca luchar,
y sonrío cuando hablo de libertad,
aunque de momento,
solo pido que me dejen paz
y que sí...
que llegará la libertad
y entonces mi sonrisa será lúcida, sincera y suave como la seda.
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