En cuatro palabras
te lo diría todo,
pero como no puedo
tendré que seguir abusando del verbo...
a veces te añoro como si yo fuera el gusano
y tú, la manzana,
por un rato habito dentro de ti
y te agujereo como un taladro desquiciado,
vivo en tus túneles y dentro de tus entrañas,
me acodo y cojo la mejor postura,
claro que la manzana nunca dejó de ser manzana
y al final será mordida por una pira de dientes
y es verdad que en mi sueño a veces me salvo,
me quedo dentro de tu alma
y sobrevivo como puedo en medio de un descampado.

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