HACIA ESE HORIZONTE LLAMADO, VIDA

Me acomodé al roce de tus labios húmedos,

y al dulce sabor del veneno de tu lengua,

al mismo tiempo, 

yo saltaba de un pensamiento a otro pensamiento,

era una rana emocional,

creo que bastante incomprendida,

¿como podía explicar que no me rendía ante tanto placer humano?,

para mi era muy simple,

no estaba y ya está...

y entonces comprendí

que a veces se está de cuerpo y no de alma

y que volar era lo mío

y que en mis sueños

yo era el único pasajero de mi viaje,

y desde ese día,

yo sigo mi vuelo

y hacia ese horizonte llamado, vida.

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JULIO CORTÁZAR