¡BUENOS DÍAS!











¡Buenos días!

hoy es Lunes y día 13 de abril,
para mi hoy es un lunes difícil de definir,

aquí en Menorca (Islas baleares)

es festivo y no sé muy bien el porqué,

como diría el otro, 

por algo será

y yo me sumo a eso,

¡por algo será!,

total ¿qué más da?

que sea festivo o no, 

que sea lunes o que sea martes,

al fin y al cabo hemos conseguido

que todos los días sean iguales

y todos empiezan por un hermoso amanecer

y que se acaban cuando la luna sale a pasear,

ya y ya sé que alguien me va decir

que faltan los detalles,

pero los detalles sirven para distinguir un día de otro,

pero no para decirnos

que tiene que ser lunes o martes o sábado,

los detalles, los pequeños y entrañables detalles,

nos sirven para diferenciar un desayuno del otro,

o un mediodía o una tarde cualquiera,

ellos nos dan las claves de la idiosincrasia de ese momento,

y uno se acordará de aquella tarde

por aquél hermoso beso

o porque me dijiste adiós ese momento,

uno se acuerda de los pequeños detalles que definieron aquél momento,

lo que pasa es que después los generalizamos,

y lo que fue un desayuno tenebroso, pero nada más,

lo convertimos en un día siniestro

o en mes o en año

y porque hay pequeños detalles

que crecen a la intemperie por si mismos

y poco a poco se van haciendo más grandes

hasta que son capaces de borrar al resto de los recuerdos,

y sin darnos cuenta, 

los convertimos en pensamiento único,

que a su vez dará paso,

a una obsesión paranoide

y hasta para poder respirar

tendremos que pedirle permiso,

en realidad, son heridas de bala

y dependen del sitio donde te han dado,

si es en cabeza te queda el último pensamiento

si es en el corazón te queda el último latido

si es en el pulmón será tu último suspiro

y si la herida es banal y leve, no te preocupes

se restablecerá "ad integrum"

y volverás a ser el mismo o mejor o peor que ayer,

pero eso sí, 

las heridas leves y superficiales,

no entran en el disco duro de nuestra memoria,

porque hemos tenido tantas

y porque no decirlo,

y tantas y tan estúpidas,

que nuestra memoria no ha tenido otro remedio,

que volverse selectiva,

por tanto no esperemos acordarnos,

de porque aquél día no me diste los buenos días

y de aquél día lo que  recordarás

es que por la tarde me dijiste:

será mejor que cada uno siga su propia historia,

pues ya ves,

yo la he seguido

y ahora estoy recordando aquél día.

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JULIO CORTÁZAR