
El día
o mejor dicho la noche
ha entrado en estado pausa,
hay quietud en la calle
y dentro de mi cabeza,
bueno en la calle un poco
y porque siempre se tiene que escuchar un motor desaprensivo
y todo dispuesto a joderte el momento de calma
¡joder! lo bien que se vivía al respecto
en épocas de confinamiento total y absoluto,
en realidad, no sabemos el ruido que generamos,
somos como elefantes entrando en una cacharrería
y no sé porqué,
no sé porque tenemos que ser tan ruidosos
con todo lo que hacemos y tocamos...
ahora mismo pasan tres sujetos por la calle
y van hablando a gritos,
de fondo se oye una moto que se va acercando...
yo sinceramente le metería el tubo de escape
por el orondo culo del que la conduce,
ser ruidoso está bien visto,
por lo menos lo está por estos lares,
los hispanos tenemos que hablar a gritos
y todos al mismo tiempo,
pedir otra birra a chillidos,
reír los chistes a sonoras carcajadas
y poner las películas como si fuéramos sordos de nacimiento,
yo ante esto,
abdico como hispano,
prefiero un mundo mudo y sin ruido
y que me hablen lo justo y lo imprescindible,
con dos palabras bastan
para decir "te quiero"
y poco más nos hace falta,
papá, mamá y hola y adiós y se acabó el repertorio...
No hay comentarios:
Publicar un comentario