
Jueves...
jueves 21 de mayo,
y hace un día fantástico,
ya hay calor de verano
y eso tiene una segunda parte...
empiezan los sudores
desde la cabeza a los pies
pasando por los huevos al punto de maría,
de momento vamos salvando el tema
con una ventana abierta a mi vera
y una puerta al otro lado,
vivo en medio de la corriente
y como se les llamaba a los cines de verano,
cines a la fresca...
de todas formas queda muy poco
para encender motores del aire acondicionado,
porque aquí el verano cae como un telón de agobio soporífero,
de repente la caldera se pone a mil veinte
y de la humedad para que hablar,
si esto es un peñasco en medio del mar Mediterráneo,
todo sabe a sal marina
y hasta el queso de Menorca
sabe a leche de mar,
ya me entendéis...
todo lleva una patina de sal a modo de segunda piel,
y a su vez todo tiene ese toque entre agrio,
salado y medio ácido,
hasta yo lo tengo,
pero yo me compenso...
como soy diabético por dentro,
soy dulce y agrio a la vez,
pero que me compense
no quiere decir,
que me quede en el punto medio y como ser neutral,
no puedo con la neutralidad de los bobalicones,
una vez y como excepción
se puede ser neutral,
pero ciento cuarenta veces
o para toda la vida,
me temo que va a ser que no,
me refiero
a que yo no lo puedo entender ni comprender,
porque por poder ser...
uno puede ser de todo,
hasta puede ser imbécil,
atontado,
gilipollas,
descerebrado
y por supuesto,
hasta neutral agilipollado.
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