
Si me ves por la calle
no me digas ni hola...
prefiero pasar en silencio
y hacerme el desapercibido,
al fin y al cabo,
el aire que me rodea es aire viciado
aire del que siempre tiro en el día a día,
son suspiros exhalados,
son tormentas de nieve con pensamientos negros,
son recuerdos que me recuerdan las rocas
donde nos sentábamos,
al frente, nos quedaba el mar,
a los lados, había más mar,
y a nuestros pies
quedaban los acantilados
con sus aullidos de gaviotas
y el ronco bramido del mar,
y al fondo del decorado,
siempre aparecía el mismo faro
y toda ésta imagen
está grabada dentro de mi cerebro
y los días de mucha niebla,
abro la ventana de par en par,
y para ver si aparece el faro tras la niebla,
en realidad,
no hay día en que no me acuerde de ti.
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