¡CARAMELOS!

Martes día 9 de junio,

martes nublado por los cuatro costados,

día denso y pesado como una losa,

hoy creo que batí mi récord de sudada en bici estática,

no fueron litros

y fueron toneladas

pero bueno, esos son pelillos al mar,

porque lo importante

es saber como estoy...

pues me encuentro bien,

en general, bien

y en concreto, también,

quizás un poco atontado

y para no discrepar con el día

y un poco dolorido,

uno de esos días en que todo te duele un poco,

la cadera, los gemelos,

el alma y la muñeca izquierda,

nada que no se resuelva con un enantyum

y por eso,

hoy me ha costado arrancar sobre la bici estática,

pero una vez que uno entra en calor,

los dolores se calman como niños a los que les das un caramelo

ahora sí, que no estén rellenos de opio,

porque crearás niños adictos

y te pedirán caramelos todos los días...

Lo de las adicciones tiene su propia tela

hace unos días leí en el periódico local, una carta protesta

en la que los yonquis de la botella protestaban 

porque se habían quedado sin psicóloga,

mejor dicho, se habían quedado de momento

y hasta que se incorporara alguien nuevo en ese puesto,

pero ellos reclamaban que es un tema sumamente delicado

y que no se pueden quedar sin la que les dirige el cotarro

y  por el peligro que corren de volver a beber...

yo en ese momento vi la escena sin la psicóloga

en las terapias de grupo...

uno saca una petaca llena del peor wiski

y uno dice sí y otro dice, no

y al cabo de media hora, a lo sumo,

se han montado una borrachera colectiva,

en el fondo somos peores que niños,

alguien siempre nos tiene que decir,

esto sí, esto no,

levanta la mano cuando quieras hablar,

pide permiso para salir a mear,

come esto y no lo otro,

bebe pero bebe con moderación,

no te duermas conduciendo y haz descansos,

no provoques,

no faltes,

no insultes

y no te olvides de coger el paraguas y porque hoy va a llover

y lo mismo pasa con las motivaciones,

vas bien,

ánimo que ya queda menos,

sigue así y recibirás un premio,

les llaman estímulos

y yo les llamo

¡caramelos!