
Mi chica está tan sola y tanto lo
está
como yo lo estoy de mi propia
sombra,
dos almas perdidas en el viento,
dos voluntades que se pasearon por los márgenes del tiempo,
una historia carnal
y dos cuerpos que se perdieron en un cruce de caminos,
que pequeña es la vida
que cortos son los suspiros,
que dolor cuando te parten el alma en dos mitades
y no tener con que pegarlas,
la saliva sirve para un día,
después, es necesario el pegamento...
no me gusta hacer sufrir a nadie
pero a quién coño reclamo mis derechos heridos,
no hay juez ni condena que me plazca,
el destierro es mi propia condena,
aquí me quedo
me quedo en mi isla
y condenado a vivir en la soledad
del que suspira por estar sólo y en paz consigo mismo.
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