Perdí a los amigos que tenía que perder,
a unos los perdí porque quise y porque puse todo mi empeño,
y a otros los perdí porque se fueron alejando de mi,
pero al final... igualmente los perdí
y salvo uno,
al que siempre quise y querré,
y salvo dos, que quise y dejé de querer,
y salvo otros tres,
que no quise pero hice que quise
y porque no sabía lo que tenía que querer...
Resultado final,
no tengo amigos o casi,
tengo recuerdos que nunca fueron olvidados,
tengo momentos ilustres enmarcados,
tengo historias y cuentos que pocos podían contar.
Epílogo:
no tengo amigos
y esto lo digo en condiciones óptimas
y en plenas facultades mentales...
y entonces,
todo consiste en saber gestionar mi soledad
y ahí es donde se encuentra el truco final.

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