Si tras el halo de ésta locura,
(en la que a veces vivo o sobrevivo)
se encuentra la eterna monotonía del día a día,
entonces cogeré un pincel
y me dedicaré a pintar la celda de mi habitación,
pondré rejas en mi colchón,
dormiré como un gato panza arriba
arañaré las paredes con la punta de mis dedos,
y dibujaré historias para nunca jamás dormir más,
siempre despierto y en estado de alerta,
colgado del techo y columpiándome de pared a pared
y así, hasta el amanecer de cualquier día y de cualquier mes.

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