Yo prefiero a los locos
como yo...
que a los cuerdos que huelen a naftalina
y que adoptan voz de mando y ordeno.
Prefiero a los desarrapados muertos de hambre
que a los pomposos de clase alta y orgullo patrio,
prefiero la mezquindad del imbécil
a la sabiduría del pretencioso.
Yo no creo en dios
y creo en los hombres y mujeres libres
que se alzan a favor de la dignidad
y en contra de la opresión.
Yo,
primero lucho
y con el paso del tiempo
voy perfilando contra lo que lucho,
que nunca se aleja mucho
de la opresión y la explotación
y por eso me dedico
a romper cadenas y a escribir versos.

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