Hay una distorsión en el proceso de mis pensamientos,
hay pausas sin más... en la evolución de mis sucesos,
que a su vez se enredan con viejos y repetitivos pensamientos
y hacen bucle entre ellos
y crean fobias
y comen sustos y miedos,
y adornan mi fachada y mi puerta de entrada.
Son como pinchazos de aguijón empecinado,
y siempre en el mismo lugar y sitio
y casi siempre a la misma hora
y tocan y perforan
y siguen perforando como alimañas enjauladas
y devoran tiempo y personas.
Su final siempre es el mismo...
¡arena del desierto!.

No hay comentarios:
Publicar un comentario