CUERVOS NEGROS


Cuando mi sangre

llene mis dedos de capilares 

y forme ríos de sangre bulliciosa y palpitante,

entonces diré

me falta el azul de tus ojos

para así completar el cuadro que tanto tiempo llevo pintando,

manos descarnadas ensangrentadas

sobre un fondo azul cristalino,

que resulta sedante y atrofiante

y al mismo tiempo, estimulante...


Destellos de sangre fresca y reluciente

con rutilantes luces añil turquesa,

azul y rojo,

rojo y azul

y en el medio un gran agujero negro sin fondo,

como aquellos días

en que la alegría se llamaba angustia

y en el horizonte se posaban cuervos negros.

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JULIO CORTÁZAR