Yo no peto...yo estallo y exploto,
y acumulo mierda como diógenes.
Busco entre los despojos,
remuevo ceniceros,
levanto alfombras y ampollas,
y las limpio, las sacudo y las reviento
y lo hago y sin más,
delante de tu cara.
(Yo no me escondo).
Y no me preguntes porqué,
y que necesidad tengo de ello.
Yo sólo puedo decir lo que siento,
y siento
como mis costuras se descosen,
como me hincho como un globo asfixiado,
como floto y asciendo como un cohete obcecado,
y como me cabreo y reboto,
y el final... yo sé cual es,
sé que de tanto almacenado,
estallo en millones de estrellas fugaces.
Y esto es lo quiero,
y quiero escapar y desaparecer,
esconderme debajo de unas faldas amigas,
y jugar al escondite o a la gallina ciega,
y jugar al escondite en el agujero de tu ombligo,
y acurrucarme como un feto empedernido,
y no escuchar nada,
sólo oír el ruido de tus tripas,
y los movimientos de tus caderas.
Y eso es lo que quiero,
quiero que me dejes un sitio,
debajo de tu piel de serpiente,
y que el colchón en que me acueste,
esté hecho de escamas, piel, carne y hueso.

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