Gracias a ti,
gracias a ti por sentir... por amar... por vivir,
gracias a ti y a tus delicados huesos
y por aguantar el peso de mi alma inmunda.
La cadencia de mis besos y caricias
tejieron atajos, senderos y cuevas dentro de tus venas
y sobre tu espléndida piel de terciopelo
construí castillos de fuego y arena,
y gracias y de verdad gracias,
pues sin ti, la vida se cubriría de frío hielo.
Y ahora ya no llueve...niña
ahora ya no hace frío dentro de mis huesos
ahora el viento del norte calmó mi rabia
y por eso repito, gracias a ti
el sol y la luna salieron juntos ésta noche oscura
y por eso mismo, hoy me he acordado de ti
bajo los destellos de luz de la luna
mientras yo...
acariciaba sus rayos con la punta de mis dedos.

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