Vendo o regalo poesía y prosa,
la vendo o la regalo por necesidad perentoria,
los días se están haciendo más espesos
y la memoria es un tesoro cada vez más olvidado,
y de aquella hermosa playa de mi infancia
apenas me llega el sonido del agua.
Los pinos en su mayoría fueron arrancados
y hasta las mareas vivas
están de cada vez más muertas.

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