La vida tiene varias historias
y muchísimos cuentos.
Nada permanece inalterable,
cada hecho es una bala en la recámara,
y depende de ti
que se dispare.
Hay quién aprende de sus hechos
y sabe extraer petróleo,
pero hay otros, como yo,
que siempre tropezamos en la misma piedra
que nos damos cabezazos contra el mismo muro,
que soñamos tanto
que andamos como almas en pena sin gloria y sin futuro,
vagando por los mismos bosques
camuflados en la misma niebla
y dando las mismas vueltas.

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