No sé cuánto me costará explicarte que hoy a las tres de la mañana detesto pensarte. No sé si es ético o si tiene sentido darle explicaciones al silencio que conversa conmigo en la cocina. No sé cuándo acabará esta madrugada ni la madrugada siguiente. Apenas tengo la certeza de tener que convivir con el enigma de las cosas que no vuelven. |

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