ERA UN SUEÑO O PESADILLA

 

Más no lo maté con mis manos.

Fueron mis temblorosos dedos

los que apretaron el gatillo

y le mataron a quemarropa.


Sus restos están clavados en la pared

y esas manchas que han dejado

son el único testigo 

de que aquello nunca ocurrió.


Era un sueño o pesadilla,

yo mataba al ruiseñor que me decía:

tú eres el culpable de todo

y venga a insistir y persistir

y venga a tocar mi lado malo y peor

y venga a sacarme la ira de mis entrañas

y hasta que un día puse la mira en él

y simplemente, disparé.

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JULIO CORTÁZAR