Entonces vi amarillo fuego en el centro
con bordes anacarados brillantes.
De repente me vino un olor a café recién hecho
y me hizo
retroceder en el tiempo
y así y como si nada
volví a nacer de nuevo.
Allí dentro,
en aquella sala de hospital
olía a café
lejía y medicamentos a punto de caducar.
Las vistas eran un espectáculo,
un barco pasaba a lo lejos
arañando surcos de espuma sobre el mar,
el mar estaba revuelto y cabreado
la lluvia era suave y fría
fina pero pertinaz.
Mientras yo salía a la vida
mi madre chillaba y gritaba
y una mano desconocida
tiró y giró mi hombro
y yo pude salir de aquella cueva.
En principio
no me arrepentí...
pero al cabo de un rato
estaba buscando la oquedad
por la que había salido
y lógicamente...
para volver atrás.
Esa fue mi primera lección en la vida:
Si quieres volver atrás
hazlo sin decirle a nadie que lo vas hacer
silba una canción y disimula,
haz que miras hacia otro lado
y al mínimo descuido
cuélate por las rendijas del tiempo
y le das al botón que ponga,
retroceso
y la máquina del tiempo
se encargará del resto..

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